sábado, 27 de diciembre de 2008

Corralillo, Motembo y Elguea

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PREHISTORIA

En 1977, aún no se hablaba de arqueología en la región cuando el grupo Espeleo-arqueológico “Sabaneque”de Sagua La Grande hace los primeros hallazgos de sitios aborígenes en el río Sagua, Quemado, Rancho Veloz y Corralillo, incluyendo Cayo Jorajuría, Matanzas que era el único sitio de sus investigaciones que ya había sido excavado anteriormente más cercano a la jurisdicción sagüera.

La antigua jurisdicción estaba completamente virgen en este campo lo cual facilitó un limpio estudio hasta el presente. Se encontraron instrumentos de concha como gubias, cucharas, martillos y vasijas, así como instrumentos de silex como puntas de proyectil, raspadores y núcleos productores lascas, desde Elguea, hasta Motembo y las Lomas del Horizonte. Por medio de estos trabajos se comenzó a ubicar al indio de Corralillo y alrededores en el aspecto Cayo Redondo de los Siboneyes cubanos, pero actuales investigaciones han ampliado más el espectro arqueológico de la zona al encontrarse extrañas hachas bifaces muy parecidas a las del paleolítico.

EPOCA COLONIAL

Antes de tomar el nombre de “Corralillo” toda la Jurisdicción del norte-central de la provincia de Las Villas se llamaba Sagua La Grande (aún cuando la propia ciudad de “Sagua La Grande” tampoco se había fundado y le llamaban “El Embarcadero”); esta era una de las mayores de las 13 iniciales que existían en Cuba (32 en 1862) y abarcaba desde los límites de Matanzas hasta el río Sagua La Chica, y desde los cayos del norte hasta Cifuentes, coincidiendo con el antiguo Territorio Indio Sabaneque.

Imagínese el lector que grande era la Jurisdicción sagüera por aquella época colonial. Por los viejos tiempos de los siglos 16 y 17 existían muchas colonias de madereros dispersadas por toda la Jurisdicción que también recibía el sobrenombre de “Costa de Oro” debido a la enorme riqueza forestal que en estas selvas crecían. Desde las distintas provincias de España habían llegado a Cuba grupos de leñadores los cuales se asentaron por toda el área asombrados y felices de ver bosques primitivos intactos, cosa que en Europa ya escaseaba.

Los troncos se conducían hasta “El Embarcadero” y de allí, río abajo, eran embarcados en Isabela de Sagua para La Habana y Europa. Abasteciendo a los prósperos astilleros de la corona. Fue precisamente este hecho de usar a El Embarcadero como punto de colecta de toda la Jurisdicción lo que deriva más tarde en que se convirtiera en su capital y tomara su nombre; cualquier otro punto de la gran región pudo haberse autonombrado “Sagua La Grande” pero por evolución natural le tocó al embarcadero.

El área de Corralillo y otros puntos de los alrededores comienzan a tomar sus nombres después de las mercedaciones que España comienza a realizar en el siglo XVI donde a los colonos se les entregaban tierras que eran llamadas Corrales, Sitios, y Hatos, estrategia para una óptima colonización. En particular esta población toma su nombre de un pequeño corral que en la antigua hacienda de “San Ramón de Punta Felipe” existía, que lo diferenciaba de otros “grandes” en los alrededores (caso similiar a “Sitiecito” rodeado de Sitios Grandes).

Con el progresismo y entusiasmo de uno de sus patriarcas, Don Leonardo Izquierdo en 1848 se consolida este barrio de la Jurisdicción sagüera perteneciente al Partido de Ceja de Pablo, que ya existía mucho antes desde 1830 pero sin la organización que requiere una población. Don Leonardo reparte terrenos como incentivo, impulsa la construcción de la parroquia “San Pedro y San Pablo” con cementerio católico, la casa de beneficiencia pública y motivó el cambio de los bohíos en casas modernas, entre otras obras que transforman a caseríos en pueblos.

Del pequeño y antiguo corral ahora la producción de cerdos en muchos corrales comienza a levantar la economía de aquella aldea que aún no sobrepasaba el centenar de habitantes. En 1852 ya Corralillo tenía una población de 157 habitantes que vivían en 15 casas.

El auge de la industria azucarera en la jurisdicción, la llegada del ferrocarril de Sagua y el disparado desarrollo del puerto de Isabela de Sagua para la exportación internacional hicieron que Corralillo, el cual contaba con 26 ingenios en sus alrededores, tuviera una explosión económica asombrosa y de la vieja aldea comenzara a verse como pueblo próspero con periódico propio en 1868 (Ecos de Ceja de Pablo), tiendas mixtas, panaderías, talabarterías, tejares, colmenares, y a las plantaciones azucareras se habían incorporado 1 342 esclavos.

El Partido de Ceja de Pablo se convierte en Término Municipal de la Jurisdicción de Sagua La Grande el 6 de Septiembre de 1878 y al año siguiente Don Manuel Báez Loza toma posesión como su primer Alcalde, el regidor de Sagua estuvo presente para llevar los requisitos de la ley del ayuntamiento. Para el año 1899 Corralillo tenía 2 588 habitantes. Más tarde, durante la República, deja de ser Término Municipal para unirse al de Rancho Veloz.

REPUBLICA

En épocas de la Republica, por ejemplo: en 1907 viven aquí 6 987 habitantes; en 1919 crece a 9 813; pero en 1931 el censo muestra una población de 9 932 lo cual es muy poco crecimiento (solo 119 personas en 22 años) debido a migraciones inter-municipales. El auge azucarero continua con la centralización de los antiguos ingenios que de 26 pequeños trapiches pasaron a grandes Centrales de la "Compañía Sagua", pero la ganadería y la agricultura comienzan a ver sus años dorados reportando ya en 1946 valores por casi dos millones de pesos .

En 1945 se habían reportado unas 33 464 cabezas de ganado y la riqueza en frutas y viandas era admirable; la población andaba por los 2 613 habitantes, y en todo el Municipio vivían 11 781 personas, tocándole a estos unas 3 cabezas de ganado por persona. En los alrededores el Central Ramona molía en ascenso anual; por ejemplo más de 40 mil toneladas producía en 1958, y más de 41 toneladas en 1959 con planes y condiciones para más 42 mil toneladas en el 1960-61, pero, a partir de ahí todo cambia lamentablemente y la producción nunca más supera esas cifras de antaño.

Fue en esos años cuarentas que la finca "Mogote" de 53 caballerías, se encargada de suministrar más de 600 mil arrobas de caña a este Central. Sus propietarios eran los herederos de Don Rafael Pesquera de Sagua La Grande, siendo su administrador el Sr. Mario Pesquera muy conocido en la sociedad sagüera de la época como el Casino Español y el Sagua Yacht Club, el cual residía en la misma finca "Mogote" a unos 9 kilómetros de la Villa del Undoso. En 1959 se le rebautizó con el nombre de “Quintín Banderas” y ya para los años actuales se dedica a refinar toda el azúcar crudo que produce el central Panchito Gómez Toro de Quemado de Guines.


EL PRIMER POZO PETROLERO DE CUBA FUE EN MOTEMBO EN 1881

Las Minas de Motembo producen nafta desde 1880 y según las estadísticas en el
año 1940 la producción llegaba hasta un poco mas de los siete millones de galones. La palabra “Motembo” significa “Tierra de fuego” y era el nombre que nuestros indios del Territorio Sabaneque daban a la zona. Aquí estuvo Don Diego Velazquez y reportó a los reyes el temor de los indios al “fuego subterráneo de los dioses”.

El descubrimiento oficial lo realiza una familia china que al excavar un pozo en busca de agua este se les incendió ante su asombro.

Entonces los señores Don Manuel Cueto, Don José Dominguez y Don Claudio de la Vega se dieron a la tarea de explorarlo en 1881 y con la ayuda del ingeniero francés Elías Maingnot se perforaron los primeros 4 pozos hasta mil piés de profundidad, y para el 18 de agosto de 1891 se extría nafta por vez primera en Cuba.

Durante los inicios del siglo XX trabajaron en estas exploraciones diferentes personalidades mundiales de la Geología y reportaron una gran riqueza virgen en el subsuelo de Motembo. Los norteamericanos aportaron su nueva tecnología de extracción y así se aumentó la explotación de este gas natural.

En el Malecón habanero se utilizaron 5 mil galones de chapapote de estas minas.

El 28 de Junio de 1927 el Presidente de la República Don Gerardo Machado visita el área movido por el interés que despertaban estos bolsones y como resultado promueve la ley del impuesto de 10 centavos por galón que impulsa definitivamente la producción del nafta de Motembo y a partir de entonces comienza su edad de oro que como en el Viejo Oeste Americano se llenó de tiendas, bares, cantinas, casas y albergues de trabajadores, incluyendo un cine y una clínica.

En 1959 operaban aquí 3 compañías extractoras: “Saint John”, “Ginal” (propiedad de Don Regino Ginal), y la “Luisa Marcela” (de Don Rogelio Domínguez), cada una producía un promedio de 40 mil galones mensuales con 4 equipos de perforación y 30 pozos. Todo se fue extinguiendo hasta que en 1963 se apagó el auge industrial aunque el fuego de los dioses continuara brillando en sus entrañas. En la actualidad se extrae la risible cifra de 1500 galones mensuales.

El grupo Espeleológico “Sabaneque” de Sagua La Grande verificó en 1974 una vieja denuncia o reporte de un yacimiento de Asfaltita cerca de Corralillo casi a flor de tierra lo cual demuestra que en la zona el potencial minero espera por acciones responsables. En estas exploraciones mineras de 1974 el equipo “Sabaneque” redescubrió además manganeso, asbesto y un extraño mineral para Cuba llamado Mica Flogopita muy codiciado en la industria pesada.

“Si en esta zona apareciera Uranio no me asombraría”, decía un amigo geólogo a los integrantes del grupo “Sabaneque”en 1974 durante una de las exploraciones en el área comprendida entre Corralillo y Motembo (Regional Sagua La Grande). Le región exhibe un gran atractivo para el especialista no solo por sus clásicos bolsones de gas natural sino por una série de enigmas geológicos que la hacen aparecer como “zona de muchas posibilidades”. Desde el siglo antepasado se ha reportado desde oro y plata hasta los más raros y exóticos minerales. La extrañeza de este suelo se ve claramente reflejada en una inusual vegetación donde la exageración de tallos, flores y frutos hacen pensar en “extrañas fuerzas telúricas.”

BAÑOS DE ELGUEA

Toda esta mineralización se exuda por el área de Elguea donde, desde épocas coloniales, se aprovechan estas aguas hipermineralizadas para el tratamiento de muchas enfermedades. Se encuentran aquí aguas y fangos sódicos, magnesianos, brómicos, clorurados, sulfurados y radónicos sin igual en toda América Latina y entre las primeras del planeta, dándole al sitio una categoría de Balneario Medicinal, hacia el cual acuden anualmente pacientes de todo el mundo en una especie de “turismo de salud”.

Se encuentra ubicado a 11 kilómetros de Corralillo, y la propiedad original perteneció a Don Francisco de Elguea Goiniena en 1870 cuando su esposa hereda estas fincas. En 1890 su hijo José Manuel Elguea construye aquí una casa donde se hospedaban muchos de los visitantes. Ya para la época de la República estos baños termales eran muy famosos en toda Cuba.

En 1917 el nieto de Don Francisco Elguea (Guillermo) junto a su esposa Waldina remodela el Hotel y comienza una próspera era para el turismo nacional e internacional que no se detiene hasta el 19 de Septiembre de 1959 en que es intervenido el legendario balneario por el “El Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados”, (¿Malversados?). A las pocetas o baños les cambiaron sus hermosos nombres centenarios de: “San Antonio”, “San Lázaro”, “San Juan” y “Santa Lucía” por los de: “Suave”, “Guapo”, “General”, “Columna”, etc. Se vuelve a descubrir a Elguea! en 1998 como “generador de divisa internacional” (como en los buenos tiempos de la República), aunque funcionó nacionalmente todo ese tiempo.

El 29 de Junio es el día del Corralillense Ausente que es el día de los santos patrones del pueblo San Pedro y San Pablo.


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Tomado de: Archivos Sabaneque (en ampliación)

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