sábado, 25 de abril de 2009

El Charco La Palma y El Güije

CHARCO LA PALMA
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A lo largo de los 152 kilómetros del río más largo de la costa norte de Cuba, El Undoso, no existe ricón más misterioso y poético que el tradicionalmente llamado “Charco de la Palma”.El folclore local da fe de este incuestionable galardón.


La tradición ha acumulado tal cantidad de tragedias en torno a este oscuro foso que los espíritus desencarnados vagan tranquilamente en horas de la noche despreocupados y seguros de que ningún mortal osará hollar sus dominios.
Aun durante el día este es un sitio tabú para los vecinos de la zona, pues “el enorme remolino” que allí se forma atrae o “se traga” a cualquier objeto flotante que penetre en el óvalo central siendo común entre los bañistas la frase de: “no te alejes más, te coge el remolino”.

Mi inolvidable amigo Benito Serrano (uno de los últimos mambises de la brigada Sagua, mensajero de José Luis Robau) me contaba que antes de construirse la carretera (Desvío Sagua-Sitiecito) existía una cavidad junto al antiguo camino por donde podía escucharse el rumor de las aguas salvajes lo cual hacía suponer a sus mayores la presencia de un río subterráneo lo cual, según él, corroboraba una leyenda más antigua que aseguraba la existencia de una cueva en lo profundo del Charco La Palma. Uniendo estos dos datos se tendría como resultado la explicación del “remolino”,es decir, un desagüe subterráneo que en forma de embudo “se traga todo objeto que por allí pase”.

Muchos viejos vecinos de la calle Brito nos confirmaron que habían escuchado el cuento de la casimba que existía en el antiguo trillo del desvío donde sus padres acercaban el oido para escuchar al supuesto arroyo subterráneo o tragante del Charco. Si esto huviera sido real se podría entonces justificar las leyendas de objetos perdidos en un área relativamentetan pequeña.

Cuenta una de las leyendas que la carreta de un negro haitiano que en ocasiones descendía hasta la orilla del río, un día desapareció en medio del remolino con bueyes y dueño ante la mirada atónita de los que allí pescaban. Se buscó por algunos buzos amarrados por la cintura pero ni rastros de ella.”Se lo llevó en río subterráneo-decían los rescatistas.

En otra ocasión, después de la inundación de 1904 que se llevó el Puente de Madera de Sagua, el dueño de un terreno al otro lado del río puso un andarivel o cable de acero de una orilla a otra a través de uno de los bordes del Charco para pasar en una especie de balsa. Se cuenta que una tarde cuando regresaba de sus labores con otras dos personas y sacos de productos agrícolas un borde del remolino lo arrancó del cable y después de muchas vueltas en círculos con horrorizados gritos de los pobres hombres, la tenebrosa garganta del diablo se engulló a otra de sus tantas víctimas. Botes y nadadores desaparecidos a través de los tiempos en este círculo infernal son incontables.

Se dice que en otra ocasión la balsa del andarivel de Céspedes se desprendió con varias personas durante una corriente rápida del río.A través del trayecto todos lograron lanzarse al agua y nadando hacia las orillas pudieron salvar sus vidas, pero el dueño, que no quería perder su embarcación se aferró a ella pensando que con el remo podría acercarla a uno de los bordes del furioso río. En pocos segundos atravesó la barranca de Salvador Herrera y la de Solís tropezando en ocaciones con tierra, pero ya era tarde, al levantar su horrorizada mirada ya estaba encima del temible Charco La Palma y en un último esfuerzo se lanzó al agua pero tanto su balsa como su dueño comenzaron el giro de la muerte hasta desaparecer en las oscuras profundidades.

“El Remolino” estaba más lento en algunas épocas de poca corriente y algunos valientes se bañaban por el lado del cayito (a contra-corriente) pero aun así los peligros no terminaban del todo; en esa sepultura del infierno existía otro temor para los vecinos del Undoso; allí en medio del siniestro embudo vivía una criatura sobrenatural cuya sola mención los hacía palidecer de pánico.

Cuando el sol comenzaba a caer y la penumbra se arrastraba por el Charco De La Palma ya nadie más merodeaba estos lóbregos parajes.La infinita soledad del oscuro reino se hacía en extremo propicia para que entonces emergiera de entre sus aguas una entidad humanoide no conocida en los catálogos zoológicos pero si clasificada en el feudo de la fábula como “El Güije”,el negrito anfibio de los ríos de Cuba que nunca ha mordido a nadie pero sí los ha matado del corazón…

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EL GÜIJE

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Cuando va cayendo la tarde los pescadores y flecheros del Charco La Palma se van retirando como antípodas de los vampiros; por el día respetan al río pero po la noche se les une el temor al Güije esa extraña criatura mitológica de la cultura fluvial que aunque también se le ha visto por el día, su verdadero reino es el de la oscuridad.

Yo nací en Gonzalo de Quesada # 48 a unas dos cuadras del Charco La Palma por lo que me puedo considerar un ribereño, toda mi generación que nació a finales de los cincuentas se crió en el Undoso y hasta nadábamos mejor en nuestro río que cuando íbamos a Uvero, pero cuando llegaba la noche se nos ponía la carne de gallina el solo pensar encontrarnos cara a cara con El Güije.

Nos parábamos en la barranca de Colón y Brito para mirar aquella “boca de lobo” pero hasta ahí llegaba el camino.Por muchas generaciones se cultivó esta leyenda que hasta cierto modo tranquilizaba a las madres de la cultura del río cuyo principal temor lo era recibir la noticia de un hijo ahogado.Algunos de mis amigos de infancia murieron producto de esas cercanas aguas que tanto nos atraían, pero la gran mayoría lo respetaba sobre todo debido “Al Remolino” y al “Güije”.

La tradición contaba que aquí vivía desde tiempos remotos un extraño ser de color negro, con rabo y ciertos rasgos humanoides que aunque anfibio podia permanecer mucho tiempo fuera del agua. Por ser una leyenda tan antigua y tan popular está rodeada de tantas variantes que sería muy dificil hacerlas coincidir a todas, pero a modo general podemos decir que incluso muchos afirman que los hay hembras pues muchos valientes testigos amparados en la oscuridad de la noche y en los tupidos matorrales que aquí abundan , llegaron a verlos sentados a orillas del cayito con su pareja al lado.

Pero lo más interesante de todo es que en cierta ocasión se capturó uno y todo el público sagüero pudo admirarlo ya que lo tenían amarrado en el ala izquierda de la Cárcel (por la calle Salvador Herrera) y cientos de personas, a través de la cerca de malla, pudieron verlo comiendo lagartijas. Se trataba de una figura repugnante que nadie quería recordar, amenazaba al público con agresivas mordidas al aire y en cierto momento se temió que reventara la soga con la que estaba amarrado porque se ponía muy furioso y con chillidos ensordecedores se revolcaba como un rabioso gato acosado y le costó mucho trabajo a los guardias meterlo en un tanque de agua para su posterior traslado.

Muchas muertes ha ocasionado este monstruo en las aguas de su dominio y los bañistas le temen. Algunos que lograron escapar vieron sus afilados colmillos y largas garras a punto de atraparlos para siempre. Al parecer los Jueves y Viernes Santos son los días preferidos del Güije para cazar seres humanos, por lo que se recomienda precaución a los sagüeros en estas fechas sobre las demás.
Han quedado para la historia los nombres de los capitanes José Vicente y Francisco Almeida personas respetables que narraron a sus superiores que vieron al Güije mientras perseguían a un bandido y que incluso le dispararon sin poderlo matar.Al sentir el ruido de sus armas, la criatura se zambulló en el río profiriendo espantosos aullidos.

En la descripción más antigua sobre el güije, se le concibe como una criatura que solo puede ser vista los Jueves y Viernes Santos calentándose bajo al sol y no se le puede mirar pues instantaneamente se caería bajo sus garras. En la actualidad la contrucción de la Presa Alacranes ha reducido mucho el caudal del Río Sagua La Grande y “El Remolino” no es muy notable, ¿Acaso ha sido taponada la cueva subacuática debido a la basura que allí se ha vertido por dos siglos?.De ser así el Güije estaría encerrado en esta botella geológica esperando por un Aladino que lo libere. Sin embargo en tiempos actuales algunos pescadores fluviales insisten en haber visto al Güije y nos preguntamos.

¿No será que estos seres extraordinarios tienen como morada al mund astral y en nada los afecta nuestro ambiente material?… debe ser así…púes de lo contrario, “la contaminación actual de nuestro río “no hay Güije que la soporte”.
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Estracto del libro Mitos y Leyendas de Sagua La Grande de Pedro Suárez Tintín


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ARCHIVO SABANEQUE
1970-2009

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