miércoles, 12 de octubre de 2011

Farmacias de Sagua

VIEJAS PUBLICACIONES DE LA REVISTA "EL UNDOSO"
Octubre de 1980 / Página # 15

por el Dr. Manuel  A. García Iglesias

 Se ha escrito mucho sobre la función social que realizaban en nuestra patria las bodegas y los bodegueros, llamándoseles, con razón, las "casas de socorro" de los barrios.
Hoy trataré de otras verdaderas "casas de socorro", es decir: de las farmacias —o boticas—— que sin excepción eran, a la par que comercios, centros humanitarios donde, en muchos casos, se suplía al médico lejano y se curaba, inyectaba y hasta se recetaba, muchas veces gratuitamente.

Para los farmacéuticos, boticarios y prácticos de farmacia cubanos vayan mi más profundo reconocimiento y expresión de gratitud.
En nuestra Villa existían, por lo menos hasta 1938, año en que abandoné aquellos lares, extremadamente bien surtidas y mejor atendidas "boticas."

Orientándome de norte a sur, recuerdo las siguientes: La del doctor Angel Tejerina, situada en la esquina de las calles Carmen Ribalta y Luis Mesa, frente al "Escolar." Tejerina era además corresponsal del periódico "El Mundo", y su hijo Angelito estudió en el colegio laico Martí, donde se graduó de bachiller en Letras y Ciencias. La de Castiñeira estaba ubicada en la calle Marta Abreu, entre las de Calixto García y Máximo Gómez. Ñico Martin Mena era el práctico de farmacia hasta que terminó sus estudios de medicina, en que se trasladó para la capital, teniendo después su consultorio médico en la calle Perseverancia, habiendo fallecido muy prematuramente.
En la calle de Maceo dejé ubicadas tres farmacias: a) La de Secundino Veiga, en la acera del "20 de Mayo", entre Carmen Ribalta y Calixto García. Veiga era un competentisimo profesional, pero un mal comerciante. Cierta vez fui a comprar un pomo de Pulmoserum, un patente francés, que valía unos tres pesos. Veiga me aconsejó que comprara otro fabricado por Sarrá, diciéndome: "Es la misma fórmula y solamente cuesta setenta centavos." Y según me contaban, estas recomendaciones las repetía muy a menudo.

b) En la esquina de Céspedes y Maceo estaba la del doctor López Silvero, cuyo práctico de farmacia lo era el buen amigo Parayuelos. Después esta farmacia pasó a ser del doctor Juan Antonio Yanes, esposo de Esther Santos, prima de mi esposa, y ambos muy queridos por todos.
c) La del doctor José Canut, en Colón y Maceo, que tenía una extensa clientela proveniente, sobre todo, de la consulta de su hermano Enrique. El práctico lo era el afable amigo "Pistolita."

En Carmen Ribalta, al lado del Hotel Siglo XX, estaba la del amigo Pérez, que después se trasladó al frente; y entre Maceo y Martí la del doctor Rafael Gutiérrez Quirós, que después paso a ser de su hijo Rafaelito.

En Martí y Solís, estuvo mucho tiempo la de Pepe Bory, desaparecido trágicamente con su esposa e hijo, en Cayo Cristo, durante el terrible ciclón de 1933.
Después se hizo cargo de la misma el buen amigo Cuco Menéndez.

En Solís y Padre Varela, se encontraba la de Jesús Garay, que también contaba con gran clientela, pues el practicaba —como su ilustre padre don Juan Garay— la medicina homeopática. En una visita posterior que hice a nuestra Villa encontré a Fofo Garay y a Bartolomé Burquet, cooperando con don Jesús.

El doctor Enrique Revuelta tenía su fannacia en Calixto García y Plácido. En Céspedes y Padre Varela estaba situada la del doctor Felipe Esparza, con la residencia familiar al fondo de la misma. En esa residencia se efectuó la reunión donde se fundó el "Liceo de Sagua", en cuya primera Directiva figuraba como presidente el coronel Manuel Alverdi. Cuando falleció don Felipe, lo sustituyó su hijo, conocido cariñosamente por Felipito.

En la Calzada de Backer se encontraba la farmacia del doctor Ramón Pérez, padre de una numerosa familia, y quien fuera profesor de Física y Química en el colegio "La Prensa."

En mis años infantiles conocí en Isabela de Sagua la farmacia de Badía, no pudiendo agregar más detalles por mi alejamiento del ultramarino pueblo, cuna de los Valdés y los Morejón, ilustres compañeros de Directiva municipalista en el exilio.

Revista “El Undoso” / Octubre 1980 / página 15

martes, 4 de octubre de 2011

Gustavo Alvaré Gómez

VIEJAS PUBLICACIONES DE LA REVISTA “El Undoso”
(Noviembre 1971 / página 10)
Gustavo Alvaré Gómez
Por el Dr. Manuel García Iglesias
 
En la nueva etapa de EL UNDOSO, comenzamos esta sección con la biografía de uno de los sagüeros de más alto relieve en el exilio. Es para nosotros motivO de gran satisfacción el publicar los datos biográficos del distinguido amigo:

 Nació Gustavo en la calle de San Elías, hoy Calixto García, en la casa situada al lado de la del conocidísimo Don Pepe Josende o Don Pepe el Gallego, el día 13 de noviembre de 1897, siendo sus padres Don Nemesio y Dona Asunción.

Todos sus hermanos son blasones de gloria para nuestra Patria chica: Nemesio, graduado de la Universidad de Harvard; Ignacio y Cruz, médicos graduados de la Universidad de La Habana, y sus hermanas Asela,Teresa, Aurora y Esperanza, esta última fallecida hace poco tiempo.

Nuestro biografiado cursó las primeras letras con los conocidos maestros Don Aquilino García, Don Alejandro Miramón y señora, continuándolas en el colegio de los Padres J esuítas donde su hermano Nemesio y él mismo fueron los primeros alumnos inscriptos, pasando posteriormente al colegio Monserrat de Cienfuegos donde se graduó como Perito Mercantil.

En diciembre de 1921 contrajo matrimonio con la bella y virtuosa dama Ana María Bustamante; de dicha unión tuvieron tres hijos: Gustavo, abogado, Marta y Silvia, graduadas de High School en las Dominicas Americanas de La Habana. Marta falleció hace poco más de dos años, dejándole cuatro bellísimas nietas.

 Fue Gustavo desde su temprana edad socio de su padre en el Almacén de Víveres que éste poseía y más tarde Representante de casas comerciales, nacionales y extranjeras hasta su viaje al exilio.

Muy joven, fue elegido Concejal del Ayuntamiento de Sagua La Grande por el Partido Liberal, al que perteneció siempre, figurando permanentemente en su Comité Ejecutivo Municipial y muchas veces en el Provincial de Las Villas. El ilustre doctor Clemente Vázquez Bello ofreció en cierta ocasión a Gustavo un Consulado de Primera Clase en España, honor que declinara por "encontrarse muy feliz en su Sagua". El doctor Federico Laredo Brii, Presidente de la República, de 1937 a 1940, lo designó Jefe de Despacho del Ministerio de Gobernación.

 Entre sus actividades cívicas y sociales destacaremos que fue muchos años Presidente de los Contables no Universitarios; Presidente del Comité Ejecutivo del Cuerpo de Bomberos; Vice-presidente del Casino Español; Fundador de la Asociación de Choferes de Sagua La Grande y sobre todo Presidente del Liceo, bajo cuya égida se desarollaron nurnerosos eventos patrióticos, culturales y sociales, mereciendo recordarse las conferenoias dictadas por el Padre

Arrufe, que es hoy General de los J esuótas en Roma, Don Eduardo Zamacois, Luis de Zulueta, Fernando de los Ríos y Federico García Lorca el insigne poeta granadino quien le dijera a Gustavo que Carnicer Torres era un personaje sumamente interesante.

(NOTA. El poeta vanguardista sagüero Arturo Carnicer Torres, también conocido por el Exégeta de "Avance", por sus contribuciones literarias y poéticas en aquel diario habanero, gozaba de una fertilidad poética indudable y de talento singular. Su obra nunca se corporizó lo suficiente para ser evaluada con justicia. EL UNDOSO suplica a quienes puedan tener en su poder algo de esa obra poética, o al menos información sobre la misma, que lo comuniquen a nuestra Dirección, ya que es parte de nuestro interés básico el de dar a conocer por estas páginas, siempre que sea posible, las muestras de talento de que los hijos de Sagua, en cada época, han dado prueba ejemplar.

Fue también gestión de Gustavo la de promover los grandes bailes del Liceo, entre los que no podemos olvidar el famoso dedicado a Ernesto Lecuona, con comparsas de sendas canciones del Maestro, como "Siboney", "Damisela Encantadora”, "Malagueña", etc. siendo la última en entrar al Liceo la de la "La Comparsa" porque el pueblo admirado la retuvo en las calles. Fue Maestro de Ceremonias de aquel baile inolvidable nuestro insustituible Secretario Oscar Valdés García.

 Al conmemorarse el Centenario de Joaquín Albarrán, habló Gustavo ante la estatua a nombre del Alcalde y Pueblo de Sagua La Grande; en el Teatro Principal habló nuestro Mañach y en el Centro Médico lo hizo el doctor Rodríguez Molina.

No queremos terminar estas líneas sin hacer un ligero recuento de los inolvidables amigos que compartieron con Alvaré, en aquella Edad de Oro de nuestra Villa, tales como Manolo Rasco, Fausto Gutiñrrez, Eduardo y Calixto García Beltrán, Pepe Alfert, Inocencio Echevarría y otros.

Hoy Gustavo Alvaré, a los 74 años de edad, lleva dignamente este exilio que el destino nos ha deparado, laborando con tesón y callada resignación. Muy en breve él y su distinguida esposa celebrarán sus Bodas de Oro. En esa fecha todos los sagüeros ofreceremos nuestras más fragantes flores espirituales deseándoles mucha paz en sus alrnas y el sano regocijo de verse rodeado por sus amantes hijos y nietos..




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