jueves, 21 de abril de 2011

La creación del Concurso Jorge Mañach en 1971

VIEJOS ARTICULOS DE LA REVISTA "EL UNDOSO"

El premio Jorge Mañach
        Por: Juan Barturen

Mientras releía hace poco una vieja traducción del "King Lear", me detuve no sé porqué en cierto pasaje en que el monarca pregunta a Kent: "¿En qué te ocupas?", y éste le responde: "Me ocupo en no ser menos de lo que parezco". Una curiosa asociación de ideas me llevó entonces a pensar en la palpitante realidad de este exilio, en lucha por mantener y elevar su carácter, su personalidad y su cultura. Como el personaje shakesperiano, esta porción de la nacionalidad cubana inserta por los avatares de la historia en el marco de una civilización no por acogedora menos ajena, se ocupa - porque puede y debe ocuparse de que la imagen que de sí misma ha forjado a fuerza de trabajo y talento no solo sea mantenida sino mejorada, en justa y necesaria aspiración porque lo alcanzado no se límite a lo estrictamente material, sino que se le incorpore además un vigoroso aporte cultural. Y es que solo a través de esa suprema expresién del espíritu humano que es la cultura podemos preservar nuestra fisonomía, hacernos dignos del rico legado que nos confiaron los forjadores de nuestra patria, y encontrarnos preparados para su recuperación cuando sea llegada la hora.

Es evidente que todo esto bullía en la mente de nuestro Manolo García Iglesias al lanzar su feliz iniciativa de crear el Premio Jorge Mañach. El ya reconocido erudito de nuestra historia local, secundado por su hermano el polifacético Raul, Vice-Presidente del Municipio de Sagua La Grande y Director de "El Undoso" tuvo de inmediato el más caluroso apoyo de la Directiva. La preparación de las bases del concurso no se hizo esperar, así como la selección de los miembros del Jurado, que quedo integrado por nombres que tan alto prestigio como Mercedes GarcíaTudurí eminentísima educadora, ensayista, poetisa y conferencista; Rafael Esténger, uno de nuestros más destacados intelectuales, escritor de raza, gran periodista, autor de logradísimas biografías; Ana Rosa Núñez, poetisa de inspirado estro, profesora de la Universidad de Miami, entusiasta animadora de tantos empeños culturales, y en representación de nuestro Municipio, dos vigorosas personalidades: Juan Manuel Salvat, librero por vocación, impulsor de una copiosa obra editorial con carácter y signo de acendrada cubanía sencillamente asombrosa. Y para completar el flamante equipo, el propio Dr. Manuel García Iglesias, satisfecho progenitor del Concurso, letrado distinguido, de ejemplar ejecutoria como funcionario del Ministerio de Educación en Cuba, verdadera autoridad en historia de Sagua La Grande.

El cargo de coordinador recayó lógicamente en nuestro Director Raúl García que desde los primeros instantes puso al servicio de este esfuerzo todo su dinamismo y entusiasmo sobradarnente demostrados en esta y otras actividades de nuestro Municipio. La labor de Raúl a lo largo y ancho de esta empresa es de tal envergadura que no sería justo silenciarla. A veces no nos damos cuenta cabal de lo que cuestan en dedicación y esfuerzo afanes de esta naturaleza. Dedicación y esfuerzo que por lo general quedan a cargo de esa consabida "inmensa minoría" dispuesta a entregarse en silenciosa brega al ajetreo creador. Todos vemos lo externo, lo que publica la prensa, los actos que se efectúan, los galardones que se otorgan, pero facilmente se nos escapa lo que va por dentro, es decir como en este caso, la callada labor de organizar, ultimar detalles, escribir docenas de cartas, visitar a incontables personas, ocuparse de la propaganda (radio, periódicos, etc.), dar curso a los trabajos que se reciben, reunir al Jurado seleccionador; en fin, una verdadera multitud de quehaceres a los cuales es preciso atender sumándolos a las cotidianas tareas de panganar y sustrayéndolos al bien ganado descanso reparador.

Los trabajos, en las categorías de "Ensayo", "Artículo periodístico" y "Poesía", comenzaron a llegar, al principio con lentitud, pero a un ritmo acelerado según se acercaba la fecha de cierre, hasta llegar al número de sesenta y dos, hecho que por sí solo basta para demostrar el interés que llegó a suscitar.

Reunido el Jurado el día 27 de Enero en la residencia de los esposos Raúl García y Consuelo Cueto de García, y después de anirnadas deliberaciones no exentas de dificultades por la alta calidad de gran numero de los trabajos presentados, aderezado todo ello con criolla camaradería bajo la tutela diligente de la anfitriona Consuelo (remediana por nacirniento; sagüera por amor) en ejeircicio de exquisita hospitalidad, se dio cima al fallo final que resultó así:

Premio al Ensayo: Alvaro de Villa; "El Alma Cubana" (Meditaciones de un Desterrado).

Mención Honorífica: Josefina Inclán: "Un tributo y unas consideraciones en la calenda de Noviembre".

Premio Periodístico: Humberto Medrano; "El Mudo Testimonio de una Balsa Vacía".

1a. Mención Honorífica: Florinda Alzaga; "Hacia la Nacionalidad por la Cultura".

2a. Mención Honorífica: Josefina lnclán; "Los Paredones de la Libertad".

Premio de Poesía: Pura del Prado; "La Puerta".

1a. Mención Honorífica: Raúl García; "Cinco Cantos a mi Pueblo y un Minuto de Silencio".


2a. Mención Honorífica: Orlando González; "Testamento a la Piel".

Y sigue aún a todo esto, la organización del acto de entrega de los premios que tendrá lugar en la Asociación Fraternal Latinoamericana el día 25 de los corrientes.

Así, pues, a diez años justos del tránsito de Jorge Manach en ese verde paraíso de Borinquen donde reposa en la vecindad de los muros centenarios de la Fortaleza, al rumor de palmas gemelas de las nuestras, a la vera de Hostos, de Juan Ramón y su Zenobia, y de tantos otros que tomaron el camino del destierro acogiéndose a su amparo, la Sagua La Grande del exilio, su Sagua La Máxima, le recuerda y le honra por medio de la más lógica y consecuente manera de recordar y de honrar al maestro esclarecido.

Y a todos nos queda, con la satisfacción del éxito alcanzado, el compromiso de considerarlo no un capítulo cerrado, sino un hito más en la continuada y creciente presencia de Sagua en todo aquello que contribuya a enaltecer nuestros valores cívicos, culturales, espirituales, históricos. Así lo quieren sin duda, los manes de aquel hombre de pensamiento, paradigma del hombre culto, ponderado, compendio de profundidad en el saber y de sensibilidad artística, una de nuestras cabezas egregias que más amó, estudió y comprendió a Cuba y sus problemas, su alma, su proceso histórico, su destino, su porvenir. . .
El Undoso, Febrero-1972.