Nuestra Villa De Luz Amarilla
Muchos compatriotas por el mundo, acostumbrados al blanco reflejo nocturno en la Era del Neón, se olvidan de ese mustio amarillo que tiñe a Sagua en sus noches, ese característico fulgor que como identidad propia queda impregnado en las neuronas de almacenamiento de nuestro cerebro pero que no se puede recrear de nuevo hasta que no se despierta el misterioso reducto que los colecciona.
Solo unas fotos como estas pueden abrir ese baul de extrañas sensaciones, aunque el blanco flash de la cámara desfigure un poco el escenario real.
Sagua de noche
ARCHIVO SABANEQUE
1970 - 2011
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