La principal Casa Terpsícore en Sagua La Grande fue la del inolvidable y gran sagüero Don Francisco de P. y Machado y su esposa Doña Edelmira Roa, en el número 19 de la calle Libertadores, el cual fue fundador y uno de los impulsores de la idea y uno de los personajes más queridos y populares a finales del siglo XIX y principios del XX por su constante preocupación por los problemas de su pueblo; Alcalde en una ocasión y presente en cuanta Sociedad e Institución existía en la Sagua Colonial y Republicana.
La otra Casa Terpsícore fue la de Don Rafael Gutiérrez Quirós y su esposa Doña María Luisa Martínez en la calle de Calixto García. Don Rafael era muy entusiasta en cuanto a las mejoras de Sagua se refiriera e hizo suya esta idea crear esta asociación. Era hermano del Alcalde Don Manuel Gutiérrez Quirós.
Don Rogelio Tomasino Bonet y Doña Clementina González Machado en la calle Padre Varela no podían quedarse detrás de la idea y pusieron su hogar a disposición de la juventud sagüera de la época. Don Rogelio provenía de una familia de Alcaldes sagüeros (su padre y su hermano) y él Consejal del Ayuntamiento.
Muy entusiastas también con la “Sociedad Terpsícore” lo fue la pareja formada por Don Manuel Pérez López y Doña Lutgarda Ramos Ledón cuya Casa Terpsícore está en Colón esquina Libertadores.
La quinta casa en importancia lo fue la de la familia del Dr. Don José Garcerán de Val y su esposa Doña Rosa Navarro en la calle Colón. Allí bailó, canto, declamó y jugó el pueblo por varios años.
Recordemos que LA SOCIEDAD TERPSICORE de Sagua La Grande fue organizada para ”asaltos”culturales-recreativos por la jóven generación de 1899 que al terminar la Guerra de Independencia, tenían muy poca distracción por lo que acudieron a esta brillante idea para disfrutar un poco de la nueva era de paz. y así olvidar los horrores de los campos de batalla. Con la escepción del Teatro Uriarte, no quedaban en la Villa del Undoso centros donde bailar y festejar, por lo que se “asaltaban” residencias de buenos ciudadanos que las prestaban a este efecto.
Las mencionadas fueron las principales en dar el ejemplo para que luego otros imitaran la idea y prestaran sus casas para la cultura y la recreación. Con el tiempo Sagua vuelve a llenarse de sitios de esparcimiento y sociedades privadas y así desaparece la idea de Terpsícore.
Nota curiosa: Un fenómeno algo parecido se repite unos 70 años después cuando, los jóvenes idearon en Sagua, las llamadas “DESCARGUITAS”, que vinieron a cubrir la poca oferta de centros de diversión, y se “asaltaban” las casas, aunque es triste decirlo,”de una forma menos caballerosa” que la generación de 1899; esta generación de 1970 penetraba en cualquier fiesta familiar de una forma salvaje, siendo penoso describir como se abalanzaban sobre los camareros o sirvientes, provocando el desplome de la comida o bebida que estos intentaban repartir, y que por lo general, nunca alcazaba para todos.
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