Aquella mañana de verano habíamos dedicado las primeras horas
Mientras caminaba por el interior del largo túnel de entrada, menos dudas tenía de que me encontraba en la legendaria cueva de Ciriaco, al parecer había sido muy poco visitada pues no se veían letreros en sus paredes y sus hermosas formaciones secundarias estaban intactas sin las huellas del vandalismo humano tan común en el resto de los Mogotes. Nos llamó la atención un hermoso gour de goteo rebosante de agua cristalina
RARO COMPORTAMIENTO DE LANZARSE
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Con pesar por esta acción decidí bajar al precipicio (furnia) para evaluar los efectos de este “suicidio” y con la ayuda de una soga logré descender hasta el fondo. Fue otra sorpresa más el comprobar que las jutías no estaban allí y sus huellas en el guano de murciélago sugerían que “vivitas y coleando” habían escapado hacia los recovecos de la cueva, solo una, nuestra víctima, había perecido. Debo agregar que para un naturalista la colecta de vertebrados es algo difícil, no nos mueve el mismo sentimiento
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En posteriores viajes pude constatar la gran cantidad de jutías que se refugia en esta cueva, lo cual nos indica que el ambiente ha cambiado mucho desde la época de Ciriaco Rojo en que este era un verdadero reducto de Boas. Ahora debido a la abundancia de jutías decidí nombrarla
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Nota: En posteriores viajes observamos
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A modo de informe bioespeleológico podemos reportar a la Jutía Conga habitando ocasionalmente en el resto de las cuevas del Mogote, pero estas observaciones han sido solamente en las entradas de las mismas y no como en Cueva de la Jutía donde existe el curioso fenómeno comentado anteriormente de que estas se amontonan en el largo pasillo superior y a la menor alarma todas se lanzan al profundo precipicio por donde tienen escape al exterior (en último caso) por decenas de galerías; si no existiera molestia humana vivirían todo el tiempo en la caverna. Estamos por tanto ante la presencia de una cueva “perfectamente diseñada
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Algunos años después de visitar con frecuencia esta cueva, encontré un letrero borroso en una de las paredes que con una flecha indicando hacia el precipicio decía lo siguiente: “Ciriaco Rojo 1928”. Con emoción reafirme que esta era su cueva. Mi padre, que ecasiones fue con él a dicha cueva, me afirma (según la descripción que le dí) que esa misma era la “cueva de los majases de Ciriaco” y me dice además que busque bien por que allí se le perdió una gorrita de “Almendares” en los últimos viajes que hizo con mi abuelo.
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“Cueva de los Majases”, “Cueva de Ciriaco”, o “Cueva de la Jutía”, tres nombres para escoger en las legendarias Lomas del Mogote, tres épocas cuyos nombre muestran claramente su historia: “Ya los majases no tienen cueva Ciriaco Rojo se las tapó”, cantábamos sus familiares y espeleólogos amigos poco antes de su muerte. Ninguno hemos estado de acuerdo con estas cacerías indiscriminadas, pero entendemos que cada época tiene su lógica y todo es cuestión de relatividad. “Entren señoras jutías que ya no hay peligro”- le decíamos y él reía- “Ciriaco las libró de los majases”.
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Para evitar conflicto de nombres, mis colegas y yo, hemos optado por nombrar al precipicio como: “Furnia de Ciriaco Rojo” (lo cual simplifican algunos como precipicio Rojo). El gran salón inferior lo denominamos; “Salón de los majaes” (o majases, como le guste al visitante).
La Cueva de la Jutia (o de las Jutías) debe ser conservada para el disfrute de las nuevas generaciones por su belleza espeleológica y por constituir un biotopo tan interesante. En el celo de los jóvenes espeleólogos descansará nuestro legado.
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LA CUEVA DE LA JUTIA PUDO SER UNA “CUEVA DE CALOR”
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Nota: Ver “Cueva del Calor” para completar la tesis de cuevas de majaes y cuevas de mamíferos.
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LAS JUTIAS MAS COMUNES EN SAGUA LA GRANDE
Jutía Conga
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Dentro del subgénero Capromys encontramos a nuestra Jutía Conga cuyo nombre científico es Capromys pilorides pilorides extendida a todas las lomas del Mogote, Malpáez, Mamey, Corazón de Jesús, Lomas del Horizonte y El Purio, siendo Cueva de la Jutía un caso record en toda la región. Se me ha dicho que aquí vive la Jutía Carabalí (Capromys prehensilis) pero nunca la he visto en el área. La Jutía Conga, a diferencia de la Carabalí, vive en las cuevas mientras que la otra prefiere los árboles. La Conga es mayor y además se reconoce por su forma más rechoncha, rabo más corto y escaso pelo. Adaptada perfectamente a la infinita red de túneles de estas montañas calizas vive entre la luz y la oscuridad alimentádose de raices, bejucos y hojas. Es el mayor mamífero propio de la Isla de Cuba que tenemos en los Mogotes de Jumagua y por tanto debemos protegerlo para las generaciones posteriores.
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Jutía Carabalí
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La Carabalí la hemos observado en otras áreas de Sabaneque, pero como hemos dicho, no en los mogotes. Durante nuestas exploraciones de El Purio pudimos disfrutarlas en varias ocasiones, siendo esta especie más pequeña, su larga cola es del tamaño de su cuerpo usándola como los primates para sugetarse de las ramas de los árboles (prensil). Nunca frecuenta las cuevas como en el caso de la Conga ya que es una especie arborícola, por lo que su habitad es de bosque. Algunos campesinos me han dicho que las han visto en la parte norte del Mogote, y nosotros en safari por el borde de la ciénaga a altas horas de la noche nos ha parecido ver sus brillantes ojillos en lo alto de los árboles pero sin ninguna prueba convincente. En otros lugares de Cuba la llaman Jutía Mona debido a sus acrobacias arborícolas….
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Jutía Andaraz
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Ahora bien, entre los relatos de los campesinos de El Mogote se me ha dicho que en ocasiones ellos han capturado a la Carabalí por la cola y esta se le ha desprendido (hecho no demostrado por la ciencia), pero curiosamente esa misma leyenda existe para otra jutía cubana ya casi extinguida que es la Jutía Andaraz, la cual según la tradición “a esta se le desprende la cola como a una lagartija”.
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Jutía Rata
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Los pescadores de Isabela también me han hablado de otra especie distinta y mucho más pequeña las cuales han visto en el Mangle Rojo de nuestros cayos y no me cabe duda que se refieren a la Jutía Rata (Capromys (Mesocapromis) auritus) cuya colonia de Cayo Fragoso es bien conocida. La Jutía Rata constituye uno de nuestros endémicos locales más interesantes, es una de las 8 especies de jutías existente en Cuba; pero esta habita solo en los manglares de los canalizos de Cayo Fragoso, y se alimenta de los brotes jóvenes de mangle, en las raíces de los cuales también construye el refugio; fue descrita por Luis Varona, en el año 1970.
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Jutía Geocapromys (Extinguida)
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También tenemos en nuestros Mogotes y territorio de Sabaneque a otra jutía que ya no vive entre nosotros pues al parecer se extinguió hace solo pocos siglos, pero que es muy común en nuestras excavaciones arqueológicas y paleontológicas. Se trata de la especie Capromys (geocapromys) colombianus. Durante la exploración espeleológica de El Purio en 1973 la encontré en una escavación (paleontológica ) como un simple esqueleto fallecido aleatoriamente en el lugar, pero luego en excavaciones arqueológicas ha aparecido como parte de abundante dieta de nuestros aborígenes cubanos lo cual muestra su abundancia por aquellos tiempos. Era un ejemplar mayor que la Jutía Conga y quizás de ahí provenga su atracción por los indios de la zona y hasta su posible extinción por exceso de caza.
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Heteropsomys torrei (Extinguida)
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La encontramos mucho en las excavaciones tanto arqueológicas como paleontológicas. Se extinguió hace muchos siglos pero sus esqueletos pueden encontrarse intactos sin ninguna fosilización o fusión con las rocas.
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