(Extracto del Archivo Sabaneque)
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Durante el “Thanks Giving Day” (Día de Acción de Gracias”) del 28 de Noviembre del año 1918, la ciudad de Sagua La Grande realizó grandísimos festejos para homenajear a su hermana nación de Norteamérica, a su glorioso ejército y a las naciones aliadas. Estas fiestas solo fueron comparables a las efectuadas unos años atrás cuando se había celebrado por todo lo alto la instauración de la República de Cuba el 20 de Mayo de 1902.
Todos los consulados americanos de la isla coincidieron en que ningún otro pueblo (excepto La Habana) se solidarizó tanto con ellos como lo había hecho la Villa del Undoso; pero era indudable que Sagua La Grande tenía una particular relación con el hermano mayor del norte debido a su contacto mercantil el cual era tan alto, que estos ellos tenían a Sagua como una gran ciudad hermana, y viceversa.
Mientras en otras ciudades cubanas se respiraba la influencia europea, aquí era muy normal seguir modas, tecnologías y costumbres del cercano vecino norteño, se bajaban automóviles del año por el puerto de Isabela casi al mismo tiempo que se estrenaban en New York, el mismo ferrocarril se tuvo en Sagua antes que lo tuviera la misma España (que era la metrópoli), se oía música americana, había tanta identificación que hasta La Villa del Undoso había sido la primera de Cuba en formar una “Jazz Band” desde hacía 4 años cuando aún se consideraba este ritmo como algo lejano a la Isla.
Algunos periódicos cubanos y norteamericanos así lo publicaron, y el “ Bando de Piedad” sagüero, dirigido por el ilustre Don Francisco P. Machado, confeccionó un folleto en la imprenta de Pompilio Montero para que este acontecimiento nunca fuera olvidado (del cual incluimos un resumen aquí para constribuir con ese objetivo); el titular decía así: “De las jubilosas festividades en Sagua la Grande, el 28 de Noviembre de 1918, en loor de la Gran República Americana, de su heróico ejército redentor, y de las Potencias Aliadas”.
ORGANIZACION
El Alcalde de Sagua Don Alfredo Figueroa en persona fue el Presidente de la Comisión Organizadora de dichos festejos y todas las instituciones públicas y sociedades sagüeras participaron con entusiasmo para que este evento fuera mostrado por todo lo alto. Se prepararon más de 100 carruajes para este desfile, 500 vehículos de todas clases, y más de 7 mil personas se vieron involucradas en este descomunal acontecimiento cultural (sin contar al público).
DESFILE
La gran fiesta, comenzó a las 12 de la noche del día 27 y se extendió durante toda la madrugada y día del 28 de Noviembre de 1918 cuando toda Sagua se vió invadida por el repique de todos sus campanarios, fuegos artificiales, trompetas y otros metales de las bandas. Vestía Sagua sus mejores galas para el festejo y para el desfile de las pequeñas carrozas que fue organizado para el día siguiente a las 3 de la tarde en la Carretera de Resulta; nadie durmió por más de 20 horas.
El día 28, a las tres de la tarde ya la muchedumbre había ocupado ambos lados de la Carretera de Resulta donde se concentraban la enorme cantidad de carruajes y personal del desfile. Desde Los Jesuítas, incluyendo el Puente, la calle Martí y la Estación de Ferrocarriles sucedía lo mismo y en los balcones, pañuelos agitados por manos ducales, exteriorizaban el amor al terruño al paso de la gigantesca peregrinación.
Abrían la marcha los batidores de la Policía Municipal, siguiéndole un piquete de caballería del Ejército Nacional que dirigía el Sargento Díaz, y la Banda Municipal que ejecutaba alegres marchas.
A continuación desfilaba un automóvil que ocupaba el Señor Alcalde de Sagua Don Alfredo Figueroa y sus Consejales, y siguiendo en orden comenzaba el infinito safari de carrozas que ocupaban toda una cuadra (cada una de ellas) debido a que detrás desfilaban los miembros de cada institución o sociedad a que pertenecía dicha carroza.
La primera era la “Carroza “Cuba” del “Centro de Veteranos de la Independencia”, nuestros gloriosos mambises, la cual era escoltada por un grupo de ginetes, y en su interior viajaban las Señoritas: Silvia Prieto y Ana Josefa Hernández que lucían preciosas representando a Cuba y a la Nación Americana. Un detalle digno de consignarse: el patriota Martín Landa, al pasar este carruaje por su feliz morada, les ofreció dos lindos bouquets de flores naturales a sus subyugadoras ocupantes.
La “Carroza del Magisterio” local llevaba iluminación eléctrica de efecto sorprendente y la ocupaban las Señoritas: Esperanza Canero, Irene Puig, Consuelo Rivas, y las niñas: María Alonso, Adelfa Peraza, Marta Mariscal y María Alvarez.
La carroza de los “Emigrados Cubanos” ocupara por el Dr. Rafael L. Mariscal, su señora esposa, y su bella hija Cuca Mariscal.
La carroza que representaba al “Lusitania”, trasatlántico alevosamente torpedeado y hundido por un submarino Alemán, estuvo también muy vistosa, siendo sus iniciadores los Sres. John Jova y Frank Dewoff.
La del Casino Español, muy aplaudida por la multitud, y la cual se llamaba “Los Angeles de la Paz”. Simulaba un globo terráqueo con el Fénix, símbolo de la Paz y la ocupaban las Sritas: Cádida Rosa Duboc, representando la Justicia; Elvira Roque y Pilar Delgado de éngeles de paz; Consuelo Lera de Cuba; Obdulia Fernández de España; Petra Domínguez de Estados Unidos.
La “Carroza de China” le siguió en este orden representando una casa china con las Señoras. Isabel Nin, Esperanza Ly, Rosa Can y Emelina Cambuí, yendo otra carroza más pequeña con la niña Celia Ly que portaba un estandarte con esta inscripción: “La República China saluda fervorosamente a la gran nación Americana y su glorioso ejército”. Un banda de músicos chinos iba detrás y más de 20 autos conduciendo a multitud de asociados de la Colonia Asiática.
La carroza del “Bando de Piedad” donde viajaban las Sritas: Tita Mariscal, Blanca Ferrer, Milagros mantici, Esperanza García, Julia Mariscal y un grupo de niños.
Simulaba una gódola veneciana la “Carroza del Liceo”. En su interior iban las Sritas: Aracelia Tabares, Carmela Soto, Alicia Machado, y Adela García.
Los hermanos Canut adornaron su automóvil con verdadero primor, logrando imitar perfectamente un caza-subarino. Este iba ocupado por la familia Canut.
“Cruz Roja Cubana” desfilaba por la Carretera de Resulta llevando a bordo a la Sritas: María E. Chávez, María del Carmen Ruiz, Gloria Gutiérrez, Antonia, Esperanza y Magda Alfert, todas con trajes de enfermeras y sosteniendo una de ellas (la Srita Alfert) a su sobrino el niño Jaime Guardiola (hijo del Administrador de la Aduana Sr. Conrado Guardiola) que representaba un soldado herido y vestía uniforme del Ejército Nacional.
“La Carroza del Canadá”, con el perpetuo invierno de aquellas regiones, iba ocupada por las Srita: Paggy Pearson.
“La Carroza Bélgica” tripulada por las Sritas: Angela Lamazares, Rosita Arzalluz, Valentina Raffo, Sarah Nogues, Mercedes Guerrero, Africa Tabares y Carmen Milera.
“Unión Sagüera”, con las Sritas: Elisa Banguela representando a “Cuba”; Rosali Arnaceo como “La Libertad”; Angela Olivé “La Paz”; Eufemia Ruiz “La Victoria”; María Luisa Valdés “La Justicia”; dos niñas de “Nurses de la Cruz Roja”; y un Boy Scout.
La “Carroza de Francia” cubierta toda de flores, con las Sritas: Rosina González, América Araoz, Margarita Arco y Norma Fusté.
La carroza de “Estados Unidos de América” la ocupaban Mr. Brown, Margaret Pearson, y los Sres. Jova, England y Brown.
La de Montenegro iban las Señoritas Leopoldina Gunturí, Amantina Costa, y María E. Chávez que fue muy elogiada.
Le tocó el orden a la carroza que simbolizaba el Trasatlántico "Arabic" ideada por los obreros de los de los talleres ferrocarriles de Sagua La Grand "The Cuban Central".
La carroza de la “Asociación de Detallistas de Sagua La Grande” representaba La Justicia y la ocupaban las jovencitas Lulú Urruela, Cuca Bustamante, Dora Sagua y niñas de Domenech.
La Carroza del Gremio de los Obreros representaba al Pueblo Cubano y al Tío Sam, donde sobre un gran cañón se leía “El Vencedor” con las figuras de Liborio y Tío Samuel, yendo además las Señritas: Vicenta Llorca, Elvira Mesa, María Armas, María Estela Luijoyo, Antonia Grau, Inés Armas, Ofelia Canicer, Cansuelo Canicer, y Gracia María Grau.
La representación de Italia ostentábala la Sra. Barillas de Chauvet.
La de Los Detallistas simulaba un barco y la ocupaban las Señoritas: América Pontigo, Amparo Ortiz, Pilar Ortiz, y Petra Fernádez.
Cuando terminó todo este fantástico desfile de carrocillas, cada Sociedad o Institución continuó con su propia fiesta y la población no sabía para donde correr.
Había música en el Parque de la Independencia con un vistoso despliegue de fuegos artificiales que exhibí la Colonia China, bailes en el Liceo, y la Unión Sagüera.
RESUMEN
Nunca, en ninguna época, se había realizado en Sagua La Grande alarde mayor de gusto y de arte.
El espectáculo fue todo un acontecimiento cultural que exigió más recursos que los tradicionales carnavales y desfiles de la Villa del Undoso. Cada Institución y Sociedad construyó su pequeña carroza y trajes con dinero propio, utilizaron sus automóviles para aumentar el colorido del desfile, pero además adornaron sus cuadras con el mejor gusto, También esta peregrinación requirió de gran esfuerzo organizativo debido a que más de 500 vehículos de todo tipo tuvieron que ser estacionados en los alrededores de la Carretera a Resulta para luego salir en un orden preestablecido hacia el centro de Sagua y de ahí hacia sus respectivos barrios y cuadras. El comportamiento del público también fue admirable.
ALGUNAS OPINIONES
El corresponsal Carneado expresó lo siguiente: “...como siempre lo ha demostrado Sagua, ni una sola alteración del orden, ni un solo caso de policía, todos los corazones sagüeros se confundieron en un solo pensamiento, homenajear a la gran nación americana y a su glorioso ejército y rivalizar en compostura y delicadeza. Bien por Sagua...”
El Cónsul Americano de Sagua La Grande, Mr. Juan F. Jova también terminó muy emocionado y agradecido por el inolvidable derroche cultural que Sagua dedicó tan gentilmente a su hermana nación americana. Este envió un emotivo telegrama al embajador en La Habana.
“El Heraldo Español” comentaba al día siguiente: “...rara era la casa que no estuviera engalanada ayer..,rara era el frente de los establecimientos que no obstentaban adornos, iluminaciones, banderas, etc....”
“El Diario Económico” expresaba: “... nunca vióse entusiasmo mayor en nuestra villa como en el día de ayer...”
“La Tribuna” opinaba: “... jamás habíamos tenido oportunidad de presenciar un entusiasmo tan colosal...el pueblo entero, sin matices de política, sin distingos sociales prestó su cooperación entusiasta y decidida para su feliz realizació... Sagua jamás olvidará en 28 de Noviembre de 1918...” (*).
* Los acontecimientos históricos bien pueden olvidarse sin la debida recordación a cada generación.
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