Durante nuestras exploraciones zoológicas en todo el territorio indio de Sabaneque (Jurisdicción de Sagua La Grande), nos hemos encontrado con infinidad de casos dignos de atención pues sin pretender adentrarnos en algo tan poco creible, lo hemos tenido que afrontar a fin de cuentas.
El clásico “majá de dos cabezas” nos es tan común que ahora ni las leyendas nos emocionan. Estas culebritas las hemos encontrado en varios rincones de los Mogotes de Jumagua, así como en las Lomas del Mamey, además de algunos reportes y donaciones de campesinos y amigos.
En cierta ocasión me trajeron a la casa un curioso ejemplar de anolis (lagartija) de dos cabezas el cual conservé por algún tiempo hasta que con mi torpeza, al extraerlo de su jaula, se me escapó dolorosamente. Por ahí por los patios de Gonzalo de Quesada # 48 deben estar sus genes circulando, pues la actividad del animal era completamente normal, aunque no se si su extraña figura de dos cazas ha podido atraer al sexo opuesto.
Aunque no he tenido la oportunidad de comprobarlo, me han contado algunos campesinos que existen también jicoteas(tortugas fluviales) con dos cabezas que a menudo son descubiertas en ríos, arroyos y lagunas de los alrededores de Sagua. Al parecer los reptiles son los abanderados en cuanto a este fenómeno, pero los reportes no faltan en aves y mamíferos.
Debo aclarar que aunque incrédulo en este aspecto, no puedo evitar de narrar el relato de un viejo pescador de Caibarién durante mis trabajos de taxidermia para el actual Museo del Mar de Cayo Conuco (1984). Este me certificó, con palabra de caballero, que existía un flamenco en Cayo Francés, el cual poseía dos largos cuellos. Claro que aunque increible, debemos aceptar que estas son especies en “menos contacto” con nosotros, por lo que se nos hace más dificil la evaluación y por tanto más dificil la aceptación. Hemos visto cientos de individuos reunidos en una sola colonia donde sus cuellos se confunden como si se tratase de un inmenso campo de cañas .También se me trajo a mi taller de taxidermia una langosta de color azul intenso que en algunos bordes se convertía en un resplandeciente azul prusia, algo extremadamente raro.Comentan los viejos “las gallinas sin plumas” que después de un Tornado o Ciclón aparecen cacareando en “carne viva”. Mi familia las ha visto, reportes tenemos decenas de ellos; el ciclón no se las lleva, pero sí se lleva sus plumas….
Más cercanos a nuestra vista están los mamíferos domésticos. Aunque la medicina veterinaria los constata con más frecuencia la noticia no trasciende, quedando relegada a un pequeño grupo de curiosos y olvidada en su época. Fue a principios de los ochenta que se nos presentó la oportunidad de observar uno de estos fenómenos en un carnerito nacido en una finca en las afueras de Sagua. El pequeño monstruo, con un solo cuerpo perfectamente definido, exhibía dos cabezas las cuales no se ponían de acuerdo en la armonización de toda la estructura. Después de disecarlo tuvimos la oportunidad de tomarle varias fotos.
Casos, quizás insólitos para el profano, son los animales cavernícolas como los camarones, cochinillas y peces ciegos. Estas criaturas, desprovistas de todo vestigio de órgano visual, no representan casos aislados a diferencia de las antes mencionadas; aquí la providencia decidió una misma suerte para todos los de su género como también es el caso del “alacrán sin cola” al que tecnicamente se ha optado por llamar “pseudoescorpión”. En el caso de los Peces Ciegos hice un trabajo de relocalización en la zona de Cajío, Habana en 1978 el cual presenté en el VII Forum de la Facultad de Biolología cuando cursaba mi primer año de la carrera en la Universidad de La Habana y allí consulté a algunos profesores los cuales coincidían en que los viejos reportes siempre los ubicaron en las provincias occidentales, aunque existían reportes no verificados en otras regiones de la isla, pero jamás los he podido encontrar en el norte de Las Villas, aunque dicen campesinos del área que en las Cuevas del Mogote existen estos raros animalitos.
Hemos pasado grandes veladas en Cueva del Agua y del Laguito sin obtener el más mínimo resultado; en la Cueva del Laguito solo descubrimos lo que hemos llamado “las guabinas bobas” ya que estos dóciles pecesillos se dejan acariciar con la mano sin el más mínimo síntoma de desconfianza, y las “jicoteas ahogadas”, extraños casos de muertes en masas de estos anfibios tan adaptados al mundo acuático pero que, al parecer, en estos largos túneles subacuáticos no logran alcazar la superficie a tiempo para tomar su ración del necesario oxígeno. Recomendamos a los jóvenes exploradores que no dejen de visitar esta interesante caverna de los Mogotes de Jumagua para que vean, durante el bajante, un siniestro museo de jicoteas inmóviles sobre las oquedades de las paredes y unos mansos peces bobos que se dejan atrapar con las manos.
Como si se tratase de un “consultorio de rarezas” me acostumbré a la visita habitual a mi casa por parte de personas y muchachos del barrio con sus trofeos del día. A mis manos ha llegado decenas de veces el Sminthillus limbatus (la ranita más pequeña del mundo) con solo unos milímetros en su estado adulto; zunzuncillos, jutías y murciélagos blancos, lagartos de dos colas, estrellas de mar con seis y más puntas.
Pero el caso más insólito me llegó una mañana cuando un amigo me hizo madrugar para que fuese urgentemente a Isabela de Sagua, !Había aparecido en la costa un extraño animal al que “ni los viejos lobos de mar habían podido identificar!…Me llevaron en un sidecar y por las descripciones iniciales durante el trayecto me parecía ver algún tipo de raya o manta, aunque las descripciones también coincidían con las de un molusco. Yo había escogido algunas claves taxonómicas que creí adecuadas para la identificación del especimen, pero de nada me sirvieron…
Llegar a Isabela y localizar el sitio de exhibición no fue dificil, ya todo el poblado conocía la noticia del día y una muchedumbre se conglomeraba alrededor “del bicho”, excelente pretexto para esquivar la monotonía de sus actividades diarias, pero todos especulaban, nadie podía identificar “aquella cosa” que flotaba ahora en una cubeta. Por mi parte carecería de imágenes si intentara describir mi verdadero asombro.!Una extraña criatura carnosa con perfecta simetría escapaba a toda lógica!. !Sin ojos, boca, oídos u otra apertura corporal !.¿Podría ser aquello un animal?…¿Qué otra cosa?.” Tenía rostro pero sin ojos, el hocico pronunciado pero sin orificios nasales, un par de apéndices como las orejas pero sin conducto auditivo, dos aletas laterales y una pequeña colita pero sin orificio anal y una abultada bolsa en su lomo que más tarde comprobé se trataba de un depósito de tinta lo cual lo acercaba a los moluscos pero solo eso: “acercaba”. Muy lejos estaba de ser un molusco conocido, pero lejos aún de ser “un animal conocido”.
Los viejos pescadores que me rodeaban me miraron con aire triunfal; “si ellos no pudieron, cómo iba a poder yo”, y tenían razón, ”el Monstruo de Isabela” nunca se ha podido identificar pero ha quedado en los anales de las Ciencias Naturales como un caso grado “A”, digno de atención, lo que nos hace repetir una vez más que “la Villa del Undoso está rodeada de interés”.
Inquieto por este extraño fenómeno me he dedicado a revisar la literatura Criptozoológica (especialidad que debo confesar nunca me ha interesado) encontrándome que los “incomprendidos” criptozoólogos se han cansado por décadas de reportar misterios semejantes, trabajo muy heróico en un planeta tan incrédulo.
El clásico de este tipo de literatura lo es el que se ha dado a llamar “Monstruo de Tasmania”, una extraña criatura o masa peluda que una mañana posaba en la playa ante lamirada atónita de un público que no podía creer lo que veía. Al analizar las fotos y dibujos que se hicieron de este ser, he captado una incredible semejanza con el que tuve la oportunidad de estudiar en Isabela de Sagua. Sin tener en cuenta su total diferencia en cuanto a FORMA, el resto de las características coinciden notablemente .Cabe la posibilidad que estemos ante la presencia de embriones de unas formas de vida desconocidas para la ciencia. Reportes de estas criaturas tampoco escasean.
La serpiente marina es el clásico representante de los seres legendarios de los mares del norte. Encontrándome en Nueva Escocia y a la altura de Terranova, enviado por el periódico “La Calle” de Nueva York, tuve la ocasión de recopilar muchas de estas historias en boca de pescadores que hemos archivado en cintas de audio. En Glucester (Massachussetts) cientos de personas presenciaron una de estas que media unos 20 metros muy cerca de la costa; en la mitología escandinava se le conoce con el nombre de “Skrimsl”. Pero existen leyendas de pescadores sagüeros que también la han reportado (ver: LA SERPIENTE MARINA).
Un barco de investigación danés capturó una enorme larva de anguila la que se estimo que en su estado adulto alcanzaría unos 27 metros según la proporción observada en otras especies normales de anguilas. Una noticia poco difundida fue la de una criatura gris de unos 134 centímetros que se descubrió en las orillas del lago Ryzl y que el informe de la Academia de Ciencias de Uzbekistán la describía como un ser con forma simiesca con un abdomen extremadamente prominente. Este informe ha quedado en el silencio desde entonces siendo un caso que coincide con nuestro Güije sagüero. (ver: EL GÜIJE).
Otra extraña forma de 35 toneladas y 9 metros de longitud fue encontrada cerca de Tecoluca, Méjico y un raro animalillo aparecido en San Carlos, costa pacífica de Panamá, puso en jaque a las autoridades científicas que no quisieron hablar más del asunto.
Al parecer los “animales inclasificables” continuarán siendo “monstruos” y no traspasarán las barreras del mito mientras no nos decidamos a eliminar ese tabú que nos impone nuestra rígida y esquemática ciencia. El temor al ridículo y la burla ha retardado el descubrimiento de muchas especies como sucedió a principios del nuestro siglo XX con aquel “monstruo imposible” que reportaban los periódicos de Europa desde Australia; se trataba de un ser peludo con pico de ave que ponía huevos y luego !amamantaba a sus crías!; la ciencia no podia de ninguna forma aceptar aquello, incluso no se aceptó un ejemplar disecado, pues “podía tratarse de “un truco taxidérmico” (qué podríamos esperar de nuestro humilde dibujo). Ahora cualquier niño puede deleitarse con “el monstruo imposible” deAustralia, ya que en la actualidad lo poseen la mayoría de los Zoológicos del mundo y lo llaman “Ornitorrinco”, un animal mitad mamífero mitad ave…
Nada; que en ocasiones los Mitos son Reportajes.
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